Educamos desde la experiencia, porque sólo nuestra experiencia nos ofrece recursos reales para aprender a vivir.
Educamos desde el cuerpo y los sentidos, porque sólo nuestro cuerpo y nuestros sentidos pueden integrar de manera honesta los conocimientos que vamos adquiriendo a lo largo de la vida.
Educamos desde el autoconocimiento, la autoestima y la empatía porque sólo conociéndonos y queriéndonos podemos llegar comprendernos a nosotras mismas y a otras personas.
Educamos desde la aptitud crítica porque sólo siendo críticos con los mensajes que nos llegan a lo largo de nuestras vidas, podremos conocer nuestra sociedad y tomar conciencia del impacto de nuestras prácticas.
Educamos desde la creatividad, porque no sólo hay una respuesta correcta y porque ser creativas nos permite encontrar opciones y caminos que parecían imposibles.
Educamos desde la igualdad, porque sólo relacionándonos de manera horizontal podemos construir relaciones que rompan los modelos de desigualdad social.